Retrato San Juan Pablo II


Hacer este cuadro del Papa fue una experiencia muy emocionante que me llevó a un profundo viaje espiritual.
Desde el momento que comencé a trazar el boceto, sentí una conexión especial con la figura que estaba a punto de representar. La idea de capturar no solo su imagen, sino también su esencia y el impacto que ha tenido en millones de personas, me inspiraba a seguir adelante .


La emoción que experimenté al ver mi cuadro del Papa bendecido en la Real Hermandad Emigrantes del Rocío fue indescriptible. En ese instante, sentí cómo una ola de paz y gratitud inundaba mi ser. La ceremonia, llena de fervor y devoción, me conectó con lo divino, recordándome la importancia de la fe en nuestras vidas. La luz que emanaba del cuadro, ahora bendecido, parecía reflejar la esperanza y el amor que el Papa irradia, simbolizando un vínculo espiritual que trasciende las fronteras y une a todos los creyentes en un mismo propósito.
La comunidad que me rodeaba, unida en oración, me hizo sentir parte de algo más grande, un verdadero abrazo de fe que nos sostiene en los momentos de incertidumbre. En ese ambiente sagrado, entendí que la bendición no solo era para el cuadro, sino también para cada uno de nosotros, recordándonos que estamos llamados a vivir con amor y esperanza, siempre guiados por la luz de Dios y la intercesión del Papa.





